La mejor bruja del mundo.
(Aprendamos a comer sano. FUNDACIÓN HOSPITAL DE PEDIATRIA PROF. DR. JUAN P.
GARRAHAN.)
Felipa solo quería ser la mejor bruja del mundo.
Ése era su único sueño más anhelo, más preciado. La mejor, la más fuerte y poderosa bruja del
mundo.
Se imaginaba ganando el GRAN CAMPEONATO DE BRUJAS y salir en la tele junto a su gato
Javier.
Así que no solo iba a la más importante Universidad de brujas de la ciudad sino que, al volver,
se la pasaba encerrada en su casa, probando trucos y estudiando nuevas pociones. Y si algo le
salía mal lo volvía a repetir una, dos, tres veces… hasta que lo lograba.
Porque, hay que decirlo, Felipa era un poco cabeza dura.
Tanta era la pasión que ponía en sus estudios y pruebas, que muchas veces se olvidaba de
comer, absorta por sus fórmulas, palabras secretas y bichos raros.
Al principio no se dio cuenta que algo andaba mal pero cada vez estaba más pálida y más le
costaba caminar las cuadras que la separaban de sus clases.
A veces se quedaba dormida, sobre el montón de papeles acumulados en su escritorio. Y otras
veces se olvidaba algunas fórmulas que sabía de memoria.
Un día confundió las palabras mágicas y vinieron los vecinos enojados a golpearle la puerta.
Empezó a sospechar entonces que algo andaba mal y, que si seguía así, jamás iba a ser la
mejor y más poderosa bruja del mundo.
Realmente se sintió triste y acongojada. Veía que su sueño estaba muy lejano y no tuvo más
ganas de nada, cerró las cortinas y se metió en la cama.
Si no hubiera sido por Javier, se habría quedado así varios días pero, el gato maullaba tan
fuerte pidiendo su ración de comida, que no tuvo más remedio que calzarse las pantuflas y,
con mucho esfuerzo, levantarse a darle de comer.
Se miró en el espejo y ahí fue que empezó a darse cuenta que no estaba haciendo bien las
cosas. Que no podía ser que una bruja joven, inteligente y simpática como ella estuviera
convertida en un desastre pálido, ojeroso y sin fuerzas.
Entonces fue a ver al doctor, porque ella podía ser bruja pero en realidad todo, todo, todo no
lo sabía. Y el doctor que la conocía de chiquita, le dijo que lo primero que tenía que hacer era
abrir las ventanas y dejar entrar el aire y el sol. Y que después se dejara de embromar, se
olvide un rato de los hechizos y se cocinara algo rico para comer.
Cuando volvió se puso a pensar que le gustaría comer y se acordó de los guisos de lentejas
que hacía su abuela. Busco la receta y le salió tan rico que se entusiasmó. Las lentejas le habían
ayudado a recuperar energía y, al fin y al cabo, cocinar era bastante parecido a preparar
pociones. Fue hasta su computadora y comenzó a investigar. Entendió por qué había ido
perdiendo la fuerza y las ganas y se la pasaba resfriada todo el invierno. Descubrió que hay
grupos de alimentos y que todos son importantes. Leyó, copió recetas y empezó a pasar más
tiempo en la cocina preparando y probando comidas.
Aprendió que era fundamental comer alimentos con calcio para tener los huesos y los dientes
fuertes así que comenzó a desayunar leche , queso, dulce de leche, claro…y se compró un
exprimidor para tomar jugo de naranja y pasó el invierno sin resfriarse.
Aprendió que la banana tiene potasio y eso le da fuerza a los músculos. Comenzó a probar las
frutas y verduras. Se preparaba ensaladas de todos los colores . Y no solo no se cansaba de
caminar, si no que se ponía las zapatillas y hacía toda la cuadra trotando.
Ahora ya pasó el tiempo, y Felipa es una bruja fuerte, inteligente y simpática. Terminó la
universidad con muy buenas notas. Los fines de semana sigue estudiando y probando nuevas
fórmulas o inventando trucos desconocidos porque le encanta ser bruja.
De lunes a viernes, trabaja de chef en un restaurante en el centro de la ciudad y además tiene
un programa en un canal de televisión donde enseña a preparar comidas ricas y saludables. No
sabe si será la mejor bruja del mundo pero se siente la más feliz de todas. Y sale en la tele con
su gato Javier.
ACTIVIDADES:
1- Lee el texto con atención, pensá y escribí en tu carpeta seis consejos que podes sacar
del texto que ayudaría a las personas para estar sanos y fuerte.
2- De los seis consejos que sacaste del texto elegí tres y realiza tres carteles con
ilustraciones para que otras personas puedan leerlos y aprender. (no te olvides escribir
oraciones completas, con sentido utilizando letra clara y prolija para que se pueda
leer.)
3- Practica lectura leyendo todos los días 15 minutos, en voz alta, abriendo grande la
boca para que el sonido salga fuerte y claro hacia adelante. Así lograrás que tu voz
llegue más lejos y todo el mundo te escuche. A PREPARARSE PORQUE PODEMOS
HACER AUDIOS DE LECTURA PARA ESCUCHARNOS…Y JUGAR CON NUESTRA VOZ (Igual
primero vamos a practicar mucho…)